By Shere
Esta semana nos vamos a Grecia, a preparar esos platos tan deliciosos que tienen. Para los griegos compartir la comida con los amigos o familia es una costumbre de socialización muy antigua. Por ello, la atmósfera en los restaurantes y tabernas típicos griegos es muy relajada, informal y nada pretenciosa.
Una de las características más interesantes de la gastronomía griega es que se fundamenta en unos ingredientes únicos, con una gran abundancia de productos frescos, sabrosos y saludables. Así que ya sabéis, esta semana toca sacar las cacerolas y los enseres de cocina para adentrarnos en la gastronomía griega.
Shere.
Para la salsa:
La musaka es una de las recetas más populares de la cocina tradicional griega y búlgara. Pelamos y cortamos las patatas en dados pequeños. La cebolla, pelada y picada muy fina, se dora en la sartén junto con la carne picada. Una vez rehogada la carne, se incorporan las patatas y los champiñones, ya lavados y picados en pequeños trozos.
Cuando todo se ha cocido bien se pasa a una cazuela donde hemos incorporado 200 cl. de agua, el tomate frito y las especias. Lo dejamos cocer 10 minutos, se traslada a una fuente y se introduce en el horno. Cuando las patatas se hayan reblandecido, se introduce la salsa, que se añade por encima, se deja 10 minutos y luego se incorpora el queso para gratinar.
Para la salsa de limón (Avgolémono):
En una sartén rehogamos la cebolla picada fina e incorporamos la carne. Freímos a fuego fuerte durante tres minutos sin dejar de mover. Incorporamos el arroz, removemos y tapamos. Lo dejamos hacerse cinco minutos e incorporar poco a poco el resto de ingredientes, menos las hojas de parra. A fuego lento se irá cociendo durante unos pocos minutos más. Dejamos que se enfríe y, mientras, secamos las hojas de parra. Se colocan en una cacerola y se rellenan con la mezcla que hemos preparado anteriormente.
Disponer las hojas en una cacerola y rellenar el centro con la preparación anterior. Cerrar la hoja sin apretar demasiado, ya que el arroz se hinchará hasta su punto de cocción. Echarle el jugo del limón, media taza de aceite de oliva y agua caliente. Encima de los paquetitos hay que poner un plato para evitar que se abran. Tapar y dejar cocer a fuego muy bajo durante una hora. Servir como primer plato frío acompañado con yogur natural o tibio con la salsa de limón.
Para hacer la salsa de limón hay que mezclar los huevos batidos con el zumo del limón y añadir poco a poco el caldo caliente. Se calienta durante unos minutos, removiendo hasta que espese. Servir sobre las hojas de parra tibia.
Este plato no es griego en si sino una mezcla entre la cocina española y la griega.
Se pone la carne en un bol, salpimentarla y poner un picado de ajo y perejil. Se le añade un huevo o dos si es mucho y un poco de pan rallado.
El truco “a la griega” es añadir cominos a esta masa. Se pueden machacar en el mortero si no gusta encontrarlos enteros.
Se mezcla bien, y se deja reposar una mañana, y después se preparan las albóndigas, se rebozan en una mezcla de harina y pan rallado (también se pueden añadir aquí los cominos, si no gustan mucho) y se fríen en una sartén con abundante aceite.
Después se ponen en una cazuela con la salsa de tomate y se dejan cocer hasta que están blanditas. Se puede utilizar un preparado que se llama “Sofrito de Tomate”. Se da unas vueltas en la misma cazuela y luego se añade el resto de salsa de tomate (además de un poco de agua y una pastilla de caldo).
A la vez se pone el a cocer el arroz. Sólo con un poco de agua y sal a la que se suele añadir un poco de perejil picado y un chorrito (pequeño) de limón hacia el final.
Se sirve en fuentes separadas, pero “la gracia” está en juntarlo en el plato.
Pinchamos las berenjenas con un tenedor y las asamos en el horno a 180º durante unos 45 minutos, dándoles la vuelta varias veces para que se tuesten bien por todos los lados.
Refrescamos las berenjenas con agua fría, retiramos los pedúnculos y las pelamos.
Cortamos la pulpa de las berenjenas en dados y las rociamos con un poco de zumo de limón para que no se oscurezcan.
Majamos los ajos y la cebolla en un bol, añadimos la pulpa de la berenjena y seguimos trabajándolo todo para conseguir un puré.
Añadimos a la mezcla el perejil bien picado y batimos de nuevo hasta que se integre bien.
Agregamos la sal, la pimienta y el resto del zumo de limón (o vinagre, si se prefiere) y, finalmente, añadimos muy poco a poco el aceite hasta conseguir una masa bien ligada.
NOTA: La mezcla se puede elaborar a mano o con batidora.
Como guarnición, se le puede añadir tomate, aceitunas negras, huevos duros o tiras de pimientos morrones.
Precalentamos el horno a 180º C. Derretimos mantequilla en un cazo y dejamos un poco para engrasar un molde. Colocamos en el molde tres o cuatro láminas de pasta filo y espolvoreamos con los pistachos. Cubrimos con otras láminas de filo y pintamos con mantequilla derretida. Repetimos la operación de la masa, nueces y mantequilla hasta conseguir varias capas. La última capa debería ser de filo.
Cortamos la masa en forma de rombos pequeños. Insertamos un clavo en la intersección de los rombos. Incorporamos la mantequilla que nos quede encima de los hojaldres y dejamos que se cueza en el horno durante tres cuartos de hora (una vez que la masa esté dorada).
En otro recipiente, hervimos agua, canela y azúcar, sin dejar de mover. Dejar a fuego lento unos 10 minutos. Incorporar la miel y dejar otros dos minutos a fuego lento hasta formar un almíbar. Sacar la baklava del horno y regar con el almíbar, una vez retirada la canela. Dejar enfriar.
Derretir la mantequilla, separar la mitad y añadirle las almendras molidas, el azúcar, una cucharadita de canela y otra de agua de azahar; unir hasta obtener una masa maleable.
Alinear las láminas de pasta de forma que la extremidad de una quede ligeramente por encima de la siguiente, pintar con la clara del huevo.
Darle a la masa de almendras la forma de una salchicha larga y colocarla en el centro de la tira de hojaldre, retorcer formando una especie de tubo, como una espiral. Colocarlo en una tortera redonda aceitada, pintar el dulce con el resto de la mantequilla fundida y cocinar en el horno a 170º durante media hora. Mientras tanto.... derretir la miel a h fuego bajo y cubrir el dulce una vez hecho.
Colocar las láminas de pasta una encima de la otra sobre la plancha de horno, separadas por trozos de papel de horno engrasado y cocer a 170º durante 15 minutos. Cuando estén crujientes, desmenuzarlas en una fuente de horno junto con las pasas, las almendras y pistachos molidos, (no hechos polvo).
En un pucherito a fuego suave, echar un vaso de nata, dos de leche, el azúcar y dos cucharaditas de miel, cuando empiece a hervir, apagar y verter en la fuente, rociar con canela molida y meter en el horno a 220º durante 10 minutos. Servir inmediatamente.
En Grecia este pastel se sirva al dar las campanadas de la media noche, en Año Nuevo. Siempre tiene una moneda adentro (desde antes de hornear) Cuando se rebana, se ofrece un trozo a San Basilio (patrono de Grecia) y el resto a los comensales. Lo que sobra se les regalo a los pobres al día siguiente. Si la moneda está en el trozo de San Basilio, todos tendrán un año nuevo feliz y si esta en las sobras los pobres serán los felices.
NOTA: envuelva la moneda en papel de aluminio antes de ponerla en la mezcla.
Forre con papel encerado, engrasado un molde de hornear de 30 x 25 x 5 cm. (12 x 10 x 2 pulg.) Cierna la harina, polvo para hornear y nuez moscada.
Acreme la mantequilla y azúcar hasta que este muy ligera y esponjosa, luego bata los huevos, uno por uno, poniendo una cucharada de harina después de cada de añadir cada huevo. Después añada 1/3 de la harina.
Poco a poco añada, batiendo, el jugo de naranja, alternando con el resto de la harina y la ralladura hasta que este cremoso y uniforme. Póngale la moneda adentro.
Vierta en el molde preparado y adórnelo con las almendras en hojuelas o escriba la fecha del año nuevo en parte superior del pastel, con almendras blanqueadas.
Hornee de 50 - 60 minutos en el horno precalentado a 350ºF (180ºC) o hasta que esté dorado y firme al tacto.
Desmolde sobre una rejilla y deje enfriar.
Sirva cortado en cuadros o rombos