CORAZÓN VENGADOR

 

GÉNERO: Romance Histórico-Medieval

EDITORIAL: Swing, 2008

ISBN: 978-84-96746-38-1

TÍTULO ORIGINAL: Heart of vengance

TRADUCIDO POR: Eulàlia Gandia

EDITOR ORIGINAL: Medallion Press, Abril/2004

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Para poder encontrar al asesino de su padre, Helena de York iniciará el juego más peligroso de toda su vida. La aristócrata sajona, para escapar de la ley, se ocultará bajo una falsa identidad siguiendo las costumbres de una joven normanda en las antesalas de la corte real de la Inglaterra de Ricardo I. Si descubrieran su engaño, perdería el derecho a vivir. Pero ella está dispuesta a pagar el precio que sea para llevar a cabo su venganza.

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Biografía

«Cuando le digo a la gente que he estado escribiendo desde que tenía 14 años, tienden a mirarme de una manera extraña, pero es cierto. Me enamoré de Harrison Ford y Star Wars en el mismo instante, y escribí la secuela no oficial al año siguiente. Por supuesto, tuve a Han Solo y a Leia deshaciéndose de amor (¿muriendo de amor?) mucho antes que la secuela continuara, y de una forma mucho más satisfactoria que la manera que George Lucas alguna vez imaginó. De lo que no me di cuenta en ese momento, y no hasta otros veinte años más o menos, era que había estado escribiendo fanfic, y era posiblemente la primera de ese tipo. Sin embargo, aunque las cosas claramente han cambiado a lo largo de los años desde mi primer intento fallido de reunir a un héroe y una heroína sobre el papel, hay dos cosas que no lo han hecho: Todavía estoy escribiendo novelas, y todavía lanzo a mi héroe y heroína a través de una buena imitación del infierno mientras ellos ordenan sus sentimientos, la esencia de la novela de suspense.

Soy australiana, aunque vivo en Canadá. Aún tengo acento, a pesar de que llevo aquí más de una década. Y todavía tengo problemas para recordar que es una capucha, no una gorra, y cosas por el estilo es asombroso lo fuerte que es la cultura. Sin embargo, las montañas aquí son estupendas, así que creo que voy a quedarme por aquí. Además, mi marido es un encanto. ¿No me digan que olvidé mencionarlo? Lo conocí por Internet cuando apenas había unas pocas páginas HTML y entonces, los niños y yo hicimos las maletas y nos mudamos aquí (nosotros tres). Los niños ya no son realmente niños. Ambos son ahora más altos que yo, pero no digan eso en voz alta, ¿vale? Todavía me gusta que sigan creyendo que yo soy el jefe, por algún tiempo más, por lo menos.»