POR PRIMERA VEZ

GÉNERO: Romance histórico regencia

EDITORIAL: Random House Mondadori, 09/2009

ISBN: 978-84-9908-017-8 (vol. 80/1)

TÍTULO ORIGINAL: Untouched

TRADUCIDO POR: Yannick García Porres

EDITOR ORIGINAL: Avon Books, 12/2007

788-3858-DT

 

«Seré muchas cosas —dijo Sheene—, pero la amabilidad no se cuenta entre mis virtudes.»

La bella Grace Paget no tiene motivos para dudar de estas palabras. A fin de cuentas la han secuestrado por error, la han llevado a una casa perdida en el campo y le han dicho que debe satisfacer todos los deseos de este hombre... o perderá la vida. Sin embargo, en los ojos de él hay algo que la incita a dudar: quizá no sea tan cruel como quiere parecer.

Encerrado como un prisionero, y tratado como un loco por la sociedad en pleno, Sheene haría cualquier cosa por recuperar su vida. Pero la sensualidad de Grace se ha interpuesto en sus objetivos. Pese a que la encuentra irresistible, le horroriza retenerla en contra de su voluntad. Juntos deberán rebelarse contra las singulares circunstancias que los han unido. Solo entonces Grace se atreverá a iniciar el juego de la seducción, tierno e intenso...

Un alma torturada que renacerá con el juego del amor.

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Biografía

Nacida en Brisbane, Australia, Anna Campbell se crió en una granja de aguacates con vistas a la Bahía de Moreton y a la isla Stradbroke. Fue una escritora precoz, y su pasión por Kathleen Woodiwiss la llevó a cultivar el género romántico mientras alternaba empleos y viajaba cuanto podía. Siempre tuvo claro el argumento de su primera novela: una oscura y sexy novela histórica sobre un duque que desearía casarse con su amante, la cortesana más famosa de Londres. Y así surgió Claiming the Courtesain, su primera novela.

Por primera vez, su segunda novela, ha supuesto su consagración mundial.

Anna vive felizmente instalada junto al mar, en la costa oriental de Australia. Sus historias se han publicado ya por medio mundo, tal ha sido su éxito, un éxito que le ha llegado, según propias palabras de la autora «como un torbellino, mis pies apenas han tocado el suelo»